Tradición
La idea de tradición es en sí misma una creación de la modernidad. Es
un mito pensar que las tradiciones son impermeables al cambio: se
desarrollan en el tiempo, pero también pueden ser repentinamente
alteradas o transformadas. Diría que son inventadas o reinventadas.
Dos cambios básicos se están produciendo hoy bajo el impacto de la
globalización: en los países occidentales no sólo las instituciones
públicas, sino también la vida cotidiana, se están desprendiendo de estas
influencias. Y otras sociedades del mundo, que mantenían un esquema
de vida más tradicional, lo están perdiendo. Deduzco que esto está en el
seno de la sociedad cosmopolita emergente antes mencionada.
Un mundo donde la modernidad no se restringe a un área geográfica,
sino que se manifiesta mundialmente, tiene una serie de consecuencias
para la tradición.
Todas las tradiciones son necesarias porque dan continuidad y
forma a la vida.
Familia
De todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en
importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada (sexualidad,
relaciones, matrimonio y familia).
Como en otros aspectos de este mundo desbocado, no sabemos cuáles
serán los términos relativos de ventajas y desventajas. En las últimas
décadas, los elementos esenciales de la vida sexual en
Occidente han cambiado decisivamente de forma absoluta. La
separación entre sexualidad y reproducción es, en principio, total.
Una cuarta parte de las mujeres de Europa y Estados Unidos afirma que
no quiere tener niños, y parece decirlo en serio.
Hoy la pareja, casada o no, está en el núcleo de la familia, la pareja vino
al centro de la vida familiar al menguar el papel económico de la familia
y convertirse el amor, o el amor más la atracción sexual es la base
de los lazos matrimoniales.
La comunicación es, en primer lugar, la forma de establecer el vínculo, y
también el motivo principal de su continuación.
En la familia tradicional los niños eran un beneficio económico. Hoy, por
el contrario, en los países occidentales un niño supone una gran carga
económica para los padres.
Una buena relación es una de iguales en la que cada parte tiene
los mismos derechos y obligaciones, en la que cada persona tiene
respeto y quiere lo mejor para el otro. La relación pura se basa en la
comunicación, de manera que entender el punto de vista de la otra
persona es esencial. Hablar, dialogar, es la base para que la relación
funcione.
La igualdad sexual no es sólo un principio nuclear de la
democracia, es también relevante para la felicidad y la realización
Amor líquido
Esta sociedad actual en la que vivimos se basa en consumismo, por más efímero que sea, amistades, relaciones o cualquier otra cosa de tu interés aunque no sea totalmente necesario.
En este texto se encuentra una realidad que parece ser bastante frecuente en nuestra actualidad: La fragilidad del vínculo.
Una idea asociada con la esencia que parece vivirse en esta sociedad donde al parecer, se valora quizá en demasiadas ocasiones lo fugaz, el consumismo que da satisfacción a una necesidad momentánea y que posteriormente, se desecha.
En ocasiones, establecer un vínculo fuerte y comprometido, no es algo fácil para muchas personas. Tras ello, se esconde un sentido de responsabilidad y de trascendencia personal que tal vez, no están dispuestos a asumir. Es posible incluso que exista el factor miedo e incluso una inmadurez personal, donde no es posible concebir una auténtica relación sólida , estable y con un proyecto de futuro.
El propio Bauman nos explica que muchas relaciones de hoy en día son “conexiones” más que “relaciones”. Ya no estamos hablando únicamente de la primacía de las nuevas tecnologías y las redes sociales , ésas que nos unen con múltiples personas en el momento en que nosotros elijamos.
Este concepto va un poco más allá. El individualismo busca sólo satisfacer necesidades con un principio y un fin , de ahí la idea de “amor
Es algo que sin lugar a dudas suena desconsolador, vivimos en un mundo dinámico donde lo real en ocasiones se conjuga con lo virtual, una modernidad líquida donde muchas cosas parecen escaparse de nuestras manos.
Establecemos relaciones inestables porque nuestra sociedad parece ensalzar a su vez unas relaciones humanas más flexibles. Y no, no estamos hablando únicamente de las relaciones de pareja, pensemos también en la educación de los más pequeños.
Un amor líquido siempre nos deja con un corazón vacío, y eso es algo que nadie quiere, el consumista siempre se queda con hambre y con una profunda insatisfacción.
En ocasiones, detrás de un amor líquido está la inseguridad personal. El no vernos a nosotros mismos como capaces de mantener un vínculo lo bastante fuerte como para prosperar, como para construir un futuro junto a otra persona.
La inseguridad, es reflejo de una autoestima que no se ha desarrollado adecuadamente. Ahí donde sólo se busca una satisfacción puntual para después, huir. Todo compromiso puede evidenciar nuestra falta de competencia, nuestra inmadurez.
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